martes, 22 de abril de 2014

"Batman y Robin nº 7" por Tomasi y Gleason

Continúa la andadura de la serie "Batman y Robin" sin la presencia del sidekick del Hombre Murciélago en el número 7 (que contiene los Batman and Robin #23 - #26 USA) que publica ECC en España. Sin embargo, en el primer episodio tenemos un recordatorio especial para Damian en el que Bruce Wayne debe aceptar la muerte de su hijo, aunque mediante una máquina de realidad virtual prueba las distintas variantes de lo que podría haber sucedido. Nightwing aparece como invitado especial, probando la máquina junto a Bruce con distinto resultado. Pero Alfred también tiene una espina clavada en relación con la muerte de Damian, un sufrimiento que Tomasi aprovecha para crear un emotivo número, con el sensacional Patrick Gleason retomando escenas del enfrentamiento entre Batman, Damian y el Hereje que vimos en números anteriores. 
El resto del ejemplar se centra en Dos Caras, y el nuevo origen que se le ha dado en los New 52 con la historia "La gran quemadura". Erin McKillen es la cabecilla de una de las principales familias mafiosas de Gotham, el clan irlandés, aunque opera desde el extranjero por un suceso que ocurrió en el pasado y la une a Harvey Dent. El resto de familias le pide a Erin que acabe con Dent, puesto que han sido sus objetivos cuando operaba como fiscal y ahora como Dos Caras también. Pero la Policía de Gotham anda tras Erin, lo que aprovechan cuando pisa Gotham para detenerla, aunque Batman se verá involucrado en la trama ya que Bruce Wayne fue compañero de Erin en la escuela. Peter Tomasi crea un nuevo origen para Dos Caras, situando a Erin en el pasado del personaje y explorando los motivos que les atan, así como a Bruce Wayne pero centrandose especialmente en la historia de Erin, que nos guarda alguna sorpresa en el desenlace que tendrá lugar en el próximo número. Tomasi es un especialista en narrar las relaciones entre los personajes, y aqui juega con el trio protagonista. En cuanto al dibujo de Gleason,en el último número hay unas páginas en las que cambia su habitual entintador, Mick Gray, por Keith Champagne, y se nota algo diferente, aunque la narrativa sigue siendo buena. Hay algunas escenas de flashback en las que aparece un tanto confusa la historia pero gracias al uso de un coloreado ocre, obra de John Kalisz, podemos centrarnos en ella.

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