Reproducimos la carta de Emilio Gonzalo, director de Expocomic, sobre algunos temas relacionados con la Cultura a propósito del reciente Expomanga 2013.
A quien pueda interesar,
Doce años de Expomanga. Doce años sin un altercado, sin una pelea, sin una urgencia. Doce años celebrando la Cultura en una ciudad ─en un país─ cada vez menos proclive a celebrar la Cultura. Cada edición me siento a escribir unas líneas de agradecimiento, pero en este caso tengo que enfocar mis palabras hacia otra dirección. Hacia lo que NO se puede permitir. Hacia esas forzosas colas interminables del sábado, hacia la imposición de la normativa sobre el sentido común, hacia el hartazgo que provoca la demonización de esta fiesta y de tantas otras. Si la Cultura muere, morimos todos. Y ahora mismo agoniza.
Quiero centrar mi reconocimiento, ahora más que nunca, en los asistentes, tanto en los que se quedaron como en aquellos que, con toda la razón, se marcharon. Como organización sin ánimo de lucro, la AEAC que tengo el honor de presidir no busca el beneficio económico, y todo lo que recauda se destina a la siguiente convocatoria. Pero la próxima cita peligra, porque quien debe responsabilizarse del apoyo a la Cultura parece no tener ningún interés en que sigamos aquí. Mientras se aplique un solo rasero para toda manifestación colectiva, el camino que seguimos parece finalizar en el cierre definitivo. Si no nos quieren, nos iremos.
Las quejas no estaban dirigidas a Expomanga. Las hojas de reclamación no tenían como destino el garrotazo a la Asociación organizadora. Toca sentarse a pensar en lo que está pasando, en si esto es lo que queremos para el futuro: una ciudad, un país, en el que la Cultura propia se defienda y materialice desde nuestros representantes en el extranjero. Si es lo que se pretende, que se diga con claridad, que no nos zancadilleen. Tenemos la mente en el próximo Expocómic, y en él estamos trabajando desde este mismo instante. Contamos con el apoyo del sector, al igual que otros eventos hermanos; pero parece que eso ya no basta.
Basta, una palabra apropiada para finalizar estas líneas que escribo entre la frustración y el orgullo de haber vencido, una vez más, a los elementos. Basta.
Salud y tebeos,
Emilio Gonzalo
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