viernes, 27 de febrero de 2015
"Fatale 4: Reza para que llueva" por Brubaker y Phillips
La nueva entrega de Fatale, la serie de Ed Brubaker y Sean Phillips alcanza su cuarto volumen con el título de "Reza para que llueva", publicado en España por Panini, que incluye los números de Fatale #15 - 19 USA. Tras el paréntesis que supuso el tercer volúmen en el que se exploraba el pasado de Josephine, volvemos a retomar la línea argumental de la serie. En el prólogo continuamos la historia de Nick Lash que dejamos en el segundo tomo cuando se metió en problemas tras pasar la noche con una prostituta que le robó y las consecuencias que se derivaron. Después de un año en prisión llega la hora del juicio, y en la carcel recibe un ejemplar del libro que escribió su tío Dominic, aunque no era exactamente igual ya que le faltaban partes del texto. Ya en el juzgado, un desconocido llamado Nelson le ayuda a escapar, diciendo que viene de parte de Josephine, comenzando la huida. Un flashback que ocupará la parte central de la historia nos lleva al Seattle de los años 90, donde un tipo llamado Lance atraca un banco y en su fuga encuentra en la carretera a Josephine, vestida sólo con una sábana y cubierta de sangre. La lleva a su casa donde vive con unos colegas con los que forma un grupo de música grunge llamado Amsterdam en época de vacas flacas, pero Josephine ha perdido la memoria y no recuerda quién es, por lo que deciden llamarla Jane Doe. Lance se siente atraido por Jane, lo que hace que mantenga una relación con ella. Pero un agente de Policía llamado Wulf va tras la pista de Josephine con oscuras intenciones, así como los miembros del culto diabólico. La fatal atracción que Josephine ejerce sobre los hombres hará que se vierta sangre cuando a través de una nueva canción compuesta por el líder de la banda le haga recordar fragmentos de su pasado. En el epílogo, Nick Lash descubre quién es Nelson en realidad, algo que pondrá su vida en peligro. La historia de Ed Brubaker nos sigue enganchando como el primer día, una lectura absorbente que te deja con ganas de conocer más datos sobre quién es (o qué es) Josephine y que nos ha hecho devorar este volúmen con avidez. Sean Phillips continúa deleitándonos con su estilo simplificado pero detallado a la vez, dándole un toque oscuro a la ciudad de Seattle, añadiendo los tonos de color apagados de Elizabeth Breitweiser el complemento perfecto.
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