Retomamos lecturas pendientes con la serie realizada por el autor británico Bryan Talbot que lleva por título "Grandville", situada en una ucronía steampunk, cuyo primer volumen como reza la portada es un thriler científico-romántico interpretado por el inspector LeBrock de Scotland Yard, publicado por Astiberri en España. Este mundo ha visto como Napoleón invadía las islas Británicas junto al resto de Europa, y veintitres años más tarde se le concedió la independencia tras una época de desobediencia y atentados anarquistas, denominándose la República Socialista de Bretaña. Este mundo tiene la particularidad que sus habitantes son animales antropomorfos, excepto una pequeña parte que son humanos, procedentes de la ciudad de Angulema, pero desempeñan tareas como sirvientes. Al principio de la historia vemos a un diplomático, Raymond Leigh-Otter, perseguido en la capital Grandville por hombre uniformados, escapando por los pelos y dirigiéndose a Londres por el canal. A continuación, la policía británica investiga un caso de suicidio, el de Raymond. El inspector LeBrock llega a la escena del crimen y descubre que no ha sido un suicidio, si no un asesinato perpetrado por el Servicio Secreto Imperial de Napoleón. Junto a su compañero,el detective Ratzi, ponen rumbo a Grandville conociendo que Raymond se veía con una bailarina que también se ha suicidado la noche anterior por una sobredosis. Tanta coincidencia pone sobre aviso a LeBrock, al que intentan eliminar los miembros del "Escuadrón de la Muerte" de la Policía Imperial. El sentimiento antibritánico se extiende por Grandville como puede comprobar Le Brock en la Zona Cero, donde antes estuvo la Torre Robida destruida supuestamente por anarquistas británicos. Su investigación le llevará hasta una conspiración ideada desde las altas esferas, que pondrá en peligro la vida del inspector y su ayudante.
Bryan Talbot crea su propio universo para desarrollar esta historia de intriga y acción protagonizada por animales, Lebrock es un tejón, Ratzi una rata, el emperador es un león y así con toda especie animal. La trama está bien construida, con guiños a personajes de comic como el perro de Tintín, Milú o el botones Spirou que aparecen en sus pàginas y la acción es sorprendentemente violenta, con peleas, tiroteos y explosiones. El dibujo es sensacional, dotando de detalles a los personajes y todo este mundo con armas y robots creados por la mente de Talbot. Una aventura entretenida que gustará a un público general.
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