“Las pinturas y grabados de Y llegas a perforarme en el blanco de mi sed anticipan La Sed, el nuevo proyecto editorial en el que estoy trabajando.
Anne Sexton es una de las voces que contiene el personaje principal del libro y la exposición intenta traducir en imágenes el acercamiento a su obra, a unos poemas bañados de dramatismo, llenos de sangre, huesos, picos, sombras y alguna que otra almeja consumida fuera de temporada.
Por eso me he encerrado un mes en un taller de grabado cerca del fin del mundo. Porque necesitaba aislarme y dotar a estas imágenes de la dureza y la fuerza que se consigue con los aguafuertes.
He elegido el óleo y el cobre porque quería imágenes que exigieran un proceso lento que huyera de la inmediatez a la que estamos sometidos, que se estableciera un diálogo intenso e íntimo entre ellas y yo. Un diálogo que empezara antes de dibujar, ya en el momento de elegir la plancha de cobre, marcarla y cortarla con la cizalla manualmente.
Las que presento son imágenes dibujadas con puntas de acero. Grabadas a golpe de baño de ácido. Estampadas sobre el papel a fuerza de ser reventadas contra un tórculo. Las líneas cuidadosamente dibujadas, anuladas por la fuerza de la mancha y del azar en el momento de la estampa.
Las pinturas juegan al mismo juego. Están pero no están. Se construyen con planos duros y se eliminan con barridos volátiles de aguarrás.
Hay presencias que sólo las intuimos por sus globos oculares.
Otras que aparecen metamorfoseadas en animales con alas o en órganos humanos. Algunas son sólo sombras que tienen una sed insaciable por ser carne y restregarse contra una carne ajena.
Bienvenidos al prólogo de mi siguiente libro.”
Paula Bonet
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