Cuarta entrega de "Batman: La maldición del Caballero Blanco" que publica ECC en España, con el Batman: Curse Of The White Knight #4 USA. Tras la pelea entre Gordon y Jean Paul Valley del número anterior, el comisario es trasladado al hospital debido a las graves heridas causadas por la espada que le atravesó, donde fallece. Barbara culpa a Batman de su muerte, aunque al presentar Gordon su candidatura como alcalde sería una amenaza mayor para las Élites. Montoya escuchó decir a Gordon "Azrael" antes de morir, que es el nombre de Valley en la orden de San Dumas, por lo que comienzan su búsqueda. Batman se dirige a uno de sus pisos francos, donde Harley ha dado a luz gemelos, bajo el cuidado de Leslie Thompson, a quien le comunica la muerte de Gordon. Leslie le cuenta a Bruce como obtuvo Alfred el diario de su antepasado, al que acompañó a un lugar en la parte vieja de Gotham donde un miembro de la Orden de San Dumas se lo entregó, ya que este se lo había quitado al Joker. Barbara hace una investigación por su cuenta, descubriendo un vehículo militar de los 70 mediante las cámaras de tráfico, localizando su posición. Bullock la acompaña e interceptan el vehículo, embistiéndolo. Nightwing echa en falta el vehículo y avisa a Batman, que ha instalado localizadores en ellos, llegando en el momento en que Barbara se enfrenta a Azrael. Sus compañeros abren fuego contra Batman y Bullock, mientras Azrael aprovechando la distracción, se lanza sobre Barbara dejándola herida. Batman intenta detenerlo sin éxito, escapando Azrael.
Este numero da comienzo de forma impactante con la muerte del comisario Gordon, que tendrá consecuencias en sus amigos más cercanos, como Bruce, Bullock o mismamente en su hija, intercalando imagenes de su llegada al hospital con un flashback de Jim y Barbara cuando era niña. El sentimiento de venganza de Barbara terminará pasándole factura, como sucede al final del número. También vemos como Murphy recupera a Alfred en un flashback, aunque la trama del misterio entre Edmond Wayne y Bakkar queda aparcada en este número. El trabajo de Sean Murphy continúa asombrando, dejando las escenas de acción para el final, aunque la escena de la huida de Azrael resulta un tanto confusa. El mal menor de uno de los mejores números de lo que llevamos en la serie.
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