El mundillo de Hollywood en los años 40 y sus entresijos son la base sobre la que Ed Brubaker construye "The Fade Out", un comic de género negro en el que se hace acompañar por su colaborador habitual Sean Phillips, y que publicó Panini en el sello Evolution en este volumen integral conteniendo The Fade Out #1-12 USA. El guionista Charlie Parish despierta con una terrible resaca tras la fiesta de la noche anterior con una actriz amiga suya, Valeria Sommers, y otros miembros del estudio, para descubrir que ha sido asesinada en el salón de un bungalow donde se alojan los actores. Su primer pensamiento es cómo afectará a la película que están rodando y de la que Valeria es su actriz principal, pero ha sido estrangulada y Charlie borra las huellas que haya podido dejar a su paso. En su oficina de Victory Street Pictures termina de dormir la borrachera, y es despertado por Dottie, la encargada de relaciones públicas que le pone al corriente de la muerte de Valeria, mostrándose sorprendido. Charlie es llamado por el jefe de seguridad Brodsky, ya que intentan encubrir el asesinato ante la policía para que no afecte al estudio, haciendo ver que Sommers se ahorcó. Charlie no puede soportarlo y le cuenta la verdad a Gil Mason, un amigo guionista al que Charlie delató por sus actividades entrando en la lista negra en plena Caza de Brujas. Gil trabaja junto con Charlie ya que este sufre un bloqueo creativo desde su paso por la guerra en Francia y Alemania, manteniendo el secreto entre ambos. Victor Thursby, cofundador del estudio le da un plazo de dos semanas al director para terminar la película, por lo que deben contratar a otra actriz, Maya Silver, para rodar las nuevas escenas y por la que Charlie se siente atraído. Charlie y Gil siguen reescribiendo el guión, con ayuda de alcohol y cigarrillos, pero Charlie ve cómo las lagunas de su mente se disipan y comienza a recordar con quién estuvo la noche del crimen: los actores Earl Rath, Tyler Graves, Valeria, Dottie y un tipo al que no había visto jamás. Charlie acompaña a Earl a casa de un fotógrafo para recoger unas fotos eróticas de chicas, y ve en una de las fotos a Ronald Reagan con el tipo desconocido, coincidiendo poco después con él diciendo ser Drake Miller, productor del estudio. Más tarde Charlie recibe una nota para encontrarse con alguien que estuvo en la fiesta la noche del asesinato. Pero Gil intenta chantajear al estudio con la muerte de Valeria y las cosas se complicarán.
Según cuenta Ed Brubaker en la introducción al tomo, un familiar suyo fue guionista de Hollywood, quien escribió el guión de "Salvaje" o "Adiós, muñeca" pero también vivió aquella época dorada con sus sombras, donde hubo quien delató a sus amigos para conservar el puesto de trabajo. Entre todo esto tenemos el misterio de un asesinato donde Brubaker, en la mejor tradición de la novela negra, nos lleva a un mundo sordido y corrupto, a través del personaje de Charlie Parish, que investiga las causas de la muerte de la actriz y va encontrando oscuras historias, que pudieron suceder realmente aunque aquí los protagonistas no sean los personajes reales. Por ejemplo, Earl Rath es muy similar en su fisonomía a Errol Flynn, Tyler Graves es idéntico a Montgomery Clift o "Flapjack" Jones fue una estrella infantil en "The Krazy Kids", un grupo de niños al estilo de "La Pandilla (Our Gang)", además de intervenir en pequeños cameos Clark Gable o Reagan en una foto. Poco a poco Brubaker va tejiendo la historia, cuyo desenlace veremos en el último número, dejando un sabor amargo. Te mantiene en vilo, su lectura es atrayente, no puedes dejar de leer y lo terminé en un día con diversas paradas. Por parte de Sean Phillips, no podemos decir más que alabanzas sobre su dibujo y narrativa, con una caracterización de personajes estupenda, puedes diferenciar a cada uno de ellos. Aquí comenzó a trabajar de manera digital con la Wacom Cintiq, como explica en los extras contenidos en este tomo. Sus composiciones de página recurren a tres tiras por página, que luego puede incluir alguna viñeta más en una tira, pero con las que deja a tamaño completo logra un efecto cinematográfico, como de pantalla completa. Finalizamos con el color de Elizabeth Breitweiser, que resulta el complemento perfecto para la historia, según las indicaciones de Phillips, consiguiendo la atmósfera ideal para la obra, destacando la técnica que utiliza para los flashbacks, con los personajes envueltos en brumas. En los extras se incluyen las portadas originales e ilustraciones de actores de Hollywood a cargo de Sean Phillips y Jacob Phillips, un par de ensayos de Devin Faraci y el proceso creativo llevado a cabo por Brubaker, Phillips y Breitweiser. Una lectura muy recomendable que te atrapará.
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