Quinta entrega de "American Gods", la adaptación al comic de la novela de Neil Gaiman que publica Planeta Comic en España, con el American Gods #5 USA. Tras la visita a casa de Czernobog y las hermanas Zorya, Sombra y Wednesday continúan su camino, no sin antes pasar por un banco donde este realiza varias preguntas sobre los ingresos en el cajero y los impresos necesarios para ello. Después se dirigen a un almacen de objetos de liquidación, donde compra una chaqueta que le da aspecto de guardia de seguridad y un maletín. Su plan consiste en recoger el dinero que se efectue por parte de los usuarios haciendo creer que el cajero está fuera de servicio, mientras le dice a Sombra que piense en nieve, comenzando a nevar al poco tiempo. De esta manera obtiene algo de dinero de manera urgente, aunque no es lo habitual en él. Prosiguen su viaje hacia Madison, deteniéndose en la Casa de la Roca, un lugar especial dotado de energía. Wednesday le explica a Sombra el origen de la casa, y una vez dentro de ella encuentran a Czernobog, dirigiéndose por varios pasilllos hacia el tiovivo. Encuentran a otro personaje, un hombre de color al que presentan como Sr. Nancy, mientras en la conversación comentan que se reunirán con varias personas más. Llegan a la sala del tiovivo, el más grande del mundo según reza un cartel, y los cuatro se monta en los caballitos, con los que parecen pasarlo bien y mientras el tiovivo gira, Sombra tiene una experiencia con la que finaliza este número.
Neil Gaiman nos habla en este episodio de los lugares mágicos que pueblan el mundo, al estilo de Stonehenge, en el que los dioses se reunen. A estas alturas ya hemos descubierto que Wednesday o Czernobog son dioses que se han mezclado con los humanos en su vida cotidiana. El dibujo de Scott Hampton sigue la línea de los bocetos de P. Craig Russell, aunque con su propio estilo, haciéndolo casi irreconocible. El tono misterioso de la historia está muy conseguido con el dibujo, no hay más que ver el aspecto surrealista del interior de la Casa de la Roca y el tiovivo, con unas viñetas que refuerzan la sensación de confusión al girar.
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