martes, 9 de octubre de 2012

José Ramón Larraz en Expocomic 2012

Nota de prensa de Expocomic informando de la presencia de José Ramón Larraz en el Salón de Madrid.
Madrid, 9 de octubre de 2012. El inminente XV Salón Internacional del Tebeo de Madrid – Expocómic 2012 se anota un nuevo tanto con la asistencia de una leyenda artística nacional: José Ramón Larraz, ilustrador y cineasta considerado con toda justicia una figura de culto por los aficionados a la viñeta de aventuras y al cine de terror de todo el planeta. Aprovechando la presentación de sus memorias, “José Ramón Larraz: Una vida de tebeo, unas mujeres de película”, publicadas por Editores de Tebeos, el veterano creador adornará su presencia en el evento con una exposición centrada en su trayectoria historietística, en la que contaremos con dibujos originales y reproducciones de su trabajo en “El Coyote”, “Duncan Foster”, “Tim Rogers”, “Paul Foran” y diversas series de las décadas de los 50 a los 70. Una muestra de disfrute obligado para el amante del noveno arte. 



José Ramón Larraz (Barcelona, 1929). Ser todo un veterano en el desarrollo de las más diversas disciplinas artísticas tiene una ventaja; y es que mencionar la evolución de Larraz empapa su trabajo de un halo de leyenda constante. Comenzó en la revista El Coyotito, pero ya en los años 50 sustituyó a Francisco Batet a los lápices del mítico “El Coyote”; de ahí se trasladó a Francia, y en el país vecino se formó en las tiras de L´Equipe, France Soir o L´Aurore y en títulos como “Le corsaire”. En Bélgica publicó en la revista Spirou, y en la década de los 70 se mudó a Inglaterra para, tras una curiosa incursión como realizador de fotonovelas románticas ─los míticos “fotoromances”─, comenzar una fructífera carrera tras las cámaras configurando una filmografía de culto que tiene en “Las hijas de Drácula” (1974) su película más recordada. En España nos alegró la vista con producciones `S´ como “Polvos mágicos” (1983), y nos metió el miedo en el cuerpo a lo slasher con “Descanse en piezas” (1987) o “Al filo del hacha” (1988). Un grande.  

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