"Los tengo que enterrar / Solo por ser de los suyos" canta el grupo valenciano Futuro Terror en "Leoncio Badía", la canción con la que abren su más reciente álbum publicado en octubre pasado. Casualidad o no, Badía es uno de los personajes (sino el principal) de "El abismo del olvido" (Astiberri), el nuevo comic de Paco Roca y Rodrigo Terrasa que se ha publicado este mes de diciembre. En él se narra la historia de Leoncio Badía, José Celda y su hija, Josefa Celda, que tomó la determinación de exhumar los restos de su padre, fusilado tras la Guerra Civil y enterrado en una fosa común en la localidad valenciana de Paterna. Celda fue detenido injustamente y acusado de hechos que no cometió, sólo por deseos de venganza de alguien que le denunció por envidias, por recelos, en aquella España de posguerra en la que por un pasado republicano te podían llevar al paredón. Leoncio Badía era una persona culta que acabó como enterrador en el cementerio de Paterna por simpatizar con la República, alistándose voluntario y hecho prisionero. Por mediación del párroco, su esposa consiguió sacarlo de la cárcel y hallándose sin trabajo, aceptó el puesto de enterrador en el cementerio de Paterna, según le dijo el alcalde, "Pues a enterrar a los tuyos". Badía fue quien enterró a José Celda, y a otros muchos que fueron fusilados en el campo de tiro El Terrer del cuartel de artilleria, y para que no cayeran en el olvido reunió pequeñas muestras de aquellas personas (un mechón de pelo, un trozo de tela del traje) para que su familia tuviera al menos un recuerdo.
A estas dos líneas argumentales, la de Celda y Badía, se une una tercera que narra las peripecias de Josefa Celda, la hija de José, para atravesar el laberinto burocrático que se le presentó al querer exhumar los restos de su padre para darle un entierro digno, como su madre hubiera querido y tener un lugar donde poder honrar su memoria. Trabas o ayudas dependiendo del gobierno de turno pero con la ayuda del equipo de exhumación, donde se desarrolla otra parte de la historia con el equipo de trabajadores y arqueólogos que realizan las catas, y que poco a poco van encontrando pruebas dejadas por Badía para reconocer los cuerpos enterrados en la fosa, algunos en ataúdes de madera, que pudieran descubrir su identidad. Paco Roca hace un trabajo de recuperación de la memoria, junto con Rodrigo Terrasa, que en muchos momentos te emociona, y más si has vivido una situación similar como en mi caso. Mi abuelo materno estuvo preso en San Miguel de los Reyes por una denuncia falsa, un hombre que no había matado una mosca en su vida. Estuvo dos veces a punto de ser llevado al paredón, y fue salvado en el último momento, pero esto le trajo problemas de salud y falleció al poco tiempo.
Paco Roca ha realizado este trabajo a instancias de Rodrigo Terrasa, quien se puso en contacto por una entrevista que hizo a Pepica Celda para El Mundo en 2013 y a base de insistir, tras finalizar "Regreso al Edén" se pusieron manos a la obra. Dos años más tarde podemos ver el resultado, una historia emotiva en la que los familiares de los represaliados pueden dar un entierro digno y honrar a sus muertos, tras muchos años en el olvido. Una página de la historia de España oscura, que tras la guerra civil finalizada, movía el odio y el rencor ensañándose con personas que no habían hecho nada realmente. El estilo realista de Paco Roca se permite alguna licencia (las escenas de los espíritus) en tono espiritual, que contrasta con la historia real de las familias en busca de sus seres desaparecidos, pero cuyo saldo final es positivo.
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