Con este "El pájaro y la serpiente", Borja González finaliza el ciclo denominado "Las Tres Noches" que ha publicado Reservoir Books desde el comienzo con "The Black Holes", seguido por "Grito Nocturno" y donde conoceremos el final de la historia de Teresa. Tres jinetes salen del castillo de cacería, lo que les llevará a tierras lejanas para abastecer de alimento a la familia. Las mujeres permanecen en la mansión, y una noche regresa Matilde lo que sorprende a Teresa al verla en un estado lamentable, sucia y maloliente. La tía Margarita, Gardenia, Teresa y Matilde son las únicas mujeres en la casa, con el pequeño Manuel, quien hubiera querido ir de caza con su padre. Durante una discusión de Gardenia con Matilde, Teresa la deja herida en un ojo. Por ello, Margarita decide apartarla unos días de la familia y encerrarla en una torre, hasta que se celebre una ceremonia. Pero escapa de su cautiverio y junto con Matilde atraviesan el bosque, volviendo al mundo exterior. A su regreso, preparan a Matilde para la ceremonia, pero Teresa lo impedirá.
Borja González finaliza la trilogía titulada "Las Tres Noches" con "El pájaro y la serpiente", aunque en un primer momento con "The Black Holes" no apareciese esta denominación en ningún momento, ni en el segundo comic, "Grito Nocturno", hasta que tuvimos constancia del título en este tercer tomo. Tres lecturas independientes pero en las que puedes encontrar puntos de contacto con sus personajes, en especial con Teresa y Matilde. Para ello nos tendríamos que remontar a ese preludio que fue "La Reina Orquídea" en donde las protagonistas eran también Teresa y Matilde. Allí veíamos como al final Matilde desaparecía en el bosque sin dejar rastro, y en "El pájaro y la serpiente", Matilde vuelve al castillo, y así Borja González cierra el círculo: el de la ofrenda a Oberón, el del cuento que Teresa tenía que escribir a Matilde, el de los nombres que les dan a las flores (Margarita, Gardenia, Dalia, Camelia, Azalea, Jacinta...), el regreso al mundo exterior, al Gaslight y a la librería The Magic Shop, esto último en "Grito Nocturno". Todo ello envuelto en un halo de misterio, onírico, en el que vemos también violencia y por una vez, Borja González dibuja ojos, algo que en sus personajes no vemos de manera habitual. La narrativa es muy importante, más que la historia en sí ya que cada lector le puede dar una interpretación diferente, pero siempre excepcional por esos paisajes nocturnos, de tonos azulados y los diurnos en tonos ocre, con algunas escenas que parecen de estilo "mignolesco". El bosque, el castillo, las estancias del mismo, las galerías de retratos, Borja González crea su propio universo dando forma a un cuento de terror moderno que finalmente satisface al lector.
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