jueves, 22 de noviembre de 2018

"Kill Or Be Killed 1" por Brubaker, Phillips y Breitweiser

Se publica ahora en nuestro país la serie "Kill Or Be Killed" de Ed Brubaker, Sean Phillips y Elizabeth Breitweiser, bajo el sello Evolution Comics de Panini, con este primer volumen que recopila Kill Or Be Killed #1-4 USA. La historia comienza con un encapuchado asesinando a varios tipos en lo que parece ser un burdel. Tras la masacre, se dirige al metro y conoceremos quién es, Dylan, universitario que a sus 28 años todavía cursa estudios debido a un intento de suicidio que le hizo retrasar la carrera. Vive en un piso con un compañero, Mason, cuya novia Kira es la mejor amiga de Dylan, a la que ama en secreto. Una noche les oye hablar en su habitación, compadeciéndose Kira de Dylan, lo que le lleva a intentar suicidarse de nuevo. Salta de la azotea de su piso con la suerte de que no llega a matarse, tras quedar colgando de un tendedero y caer sobre la nieve amortiguando la caída. De regreso a casa, una aparición demoníaca le dice que ha salvado su vida, por lo que le debe una y ha de matar a una persona que haga el mal en el plazo de un mes. Dylan responde que no puede hacerlo, y el demonio contesta que de lo contrario, morirá él. Cuando se acerca el final del plazo, Dylan se encuentra enfermo cómo para morirse, y unos vagabundo apalean a Dylan, escuchando de nuevo el mensaje del demonio. Tras el incidente, busca la manera más fácil de matar, con una pistola antigua que no esté registrada según le informa su vendedor de drogas habitual. Recuerda que su padre, un ilustrador de novelas pulp fallecido, tenía una pistola, por lo que visita a su madre en casa. Entre las cajas con revistas, encuentra el arma, llevándosela para asesinar a su primera víctima, el hermano mayor de un amigo de la infancia que abusaba de éste. Tras asesinarlo, le asaltan dudas pero al ver la noticia en los periódicos y comprobar que era un mal tipo en realidad siente alivio. Mientras tanto, su relación con Kira se hace más estrecha, hasta que una noche hacen el amor. Poco después Dylan planea el siguiente crimen, comprando un pasamontañas y guantes, observando en un club de striptease que las chicas son de Europa del Este, y podían formar parte de una red de trata de blancas. Esta vez se ocupa del que parece ser el cabecilla, tras cerrar el club se dirige a este y dispara, acabndo con su vida, pero una de las chicas se abalanza contra él, golpeándole en la cara. Tras dispararle a la bailarina, Dylan huye, regresando a casa donde Kira y Mason descubren su cara llena de sangre, a los que relata que busca pelea por las noches en los bares para tener una coartada. 

El guión de Ed Brubaker nos lleva de la mano de un vigilante urbano a explorar la condición humana, con acento noir repleto de violencia, en el que presenta la premisa de matar a personas que hacen el mal. Dylan es un jóven lleno de dudas, que ha intentado suicidarse por lo que no sabemos si la visión demoníaca que le invita a matar es una jugada de su mente. Aunque se convierte en una especie de Charles Bronson, un justiciero de la ciudad, se pregunta si es real o una pesadilla debido a su intento de suicidio. Brubaker narra la historia en primera persona, desde el punto de vista de Dylan, buscando su objetivo investigando antes con los boletines de la Policía. Aún así le resulta difícil llevar esta doble vida ya que al estar enamorado de Kira, no puede decirle lo que hace, con unos diálogos fantásticos entre ambos. Por parte de Sean Phillips, su trabajo es excelente, con escenas violentas y una narrativa casi cinematográfica, con expresiones faciales muy logradas, y una gran caracterización de personajes con su estilo realista. Para redondearlo, el coloreado de Elizabeth Breitweiser le da la atmósfera requerida a la historia, de tonos oscuros en los que destaca el pasamontañas rojo de Dylan en las páginas pertinentes. Como dato curioso añadiremos que una de las revistas ilustradas en la ficción por el padre de Dylan es la portada "El gran cementerio" de Prieto Muriana, perteneciente a una novela de Lou Carrigan que Sean Phillips escogió al azar.

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