Dentro de la apuesta que GP Ediciones hace por autores noveles, encontramos este nuevo trabajo titulado "El Subsuelo" de Víctor Solana, un debut como autor completo que sorprende por su frescura. Se trata de una novela gráfica situada en un futuro post-apocalíptico, Ciudad Gas está gobernada por el rey Damabiah, controlando al pueblo mediante una droga llamada krank. Una joven ciega, Dulze, sobrevive robando krank para suministrar a la Madame del burdel de las Sexis Bugs y en el sótano del local se conecta a una máquina que la pone en contacto con Sol, un dios que le encomienda la misión de alzarse contra Damabiah. Niebla y Occa, dos miembros de los tribales, un pueblo que vive fuera de Ciudad Gas, han escuchado que Dulze habla con un dios y contactan con ella, a pesar de que ésta lo niega. El Capitán de la guardia informa de la posible sublevación al rey Damabiah, por lo que acuden al burdel a detener a Dulze, que escapa con ayuda de las chicas del burdel y de Niebla, arrasando los soldados el lugar y haciendo prisioneros al resto. Dulze, Niebla y Bela, una de las chicas, rescatarán a sus compañeras de Damabiah, que se alimenta de las conciencias de los rebeldes para dejarlos como zombies. Una vez liberados, Dulze se une a Niebla y Occa con los tribales, y desde su pueblo se preparan para atacar Ciudad Gas y liberar a la población, pero las intenciones de Occa no están claras, ya que no cree que Dulze sea la elegida por Sol para liderar la sublevación.
Después del prólogo que David Rubín ha escrito para "El Subsuelo", poco más nos queda por decir. Victor Solana ha construido un mundo futuro cyberpunk en el que la civilización ha sufrido un cambio (que se explica al final del comic) donde combina elementos de "1984" como las pantallas del Gran Hermano, las tribus de "Mad Max", el sentido del radar de "Daredevil" (la forma en que se guía Dulze) o del futuro apocalíptico de "Akira". La historia contiene acción, pero no es lo principal de "El Subsuelo", sino los temas que trata, estableciendo paralelismos con la sociedad actual, el krank puede ser la telebasura con que los gobiernos adormecen al pueblo para desviar su atención de los problemas reales, o las creencias religiosas, a lo que se aferra el ser humano cuando no tiene esperanza. Por otra parte está el dibujo de Solana, un dibujo muy simplificado pero efectista, al estilo de David Rubín, con variadas composiciones de página (desde la splash hasta veinte viñetas en una página) y un uso peculiar del color basado en tres colores, rojo, azul y gris que resulta perfecto para la historia. Un buen debut el de Victor Solana, para escuchar de fondo con Ministry, Atari Teenage Riot o Prodigy como banda sonora.
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