En el número anterior, los Vengadores indignados se quedan sin su líder Ojo de Halcón tras reclutarlo los Clandestinos, los héroes que luchan contra Hydra, aunque Clint les encomienda una misión. En el norte de Nebraska, Tilda, Lobo Rojo y Wolinski se enfrentan a las fuerzas de Hydra, superándoles en número aunque Clint les envia refuerzos con tres amigos llamados Tarántula, El Toro y Combatiente. En Wyoming, Frank y Silas Corazón Ardiente interceptan una caravana de alimentos para entregarla a los granjeros de la zona. Mientras tanto en el refugio de El Monte, Clint necesita información para acabar con Hydra, mientras tiene una conversación subida de tono con Amadeus. Más tarde, los Vengadores se dirigen a la reserva india de Pine Ridge donde se hallan civiles dispuestos a luchar, por lo que se dirigen a uno de los búnkeres secretos de Furia para recoger armas. Hydra envia fuerzas para eliminarlos pero Tilda está dispuesta a sacrificarse y salvar al mundo, seguida por Lobo Rojo en el combate, quien finalmente demuestra sus sentimientos por ella.
Nueve números ha durado esta colección de "Vengadores indignados", que en un principio su guionista David F. Walker quiso llevar en una dirección a los personajes deshaciendo entuertos basados en la realidad, pero poco a poco se ha ido sumergiendo en el resto del Universo Marvel hasta terminar en un crossover. Sin final definido, lo que resulta una incógnita si no sigues el evento "Imperio Secreto", resulta un tanto decepcionante no conocer el destino de estos personajes, al que Walker añade un poco de romance y heroismo. Para este último número regresa a los lápices Gabriel Hernández Walta, visto el despropósito de los autores que realizaron el número anterior, en lo que es un buen trabajo con una impactante página final.
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