miércoles, 16 de marzo de 2011

Exposición 23-F en el Salón del Comic

En nota de prensa remitida por Ficomic, nos informan de la exposición del 23-F en viñetas.
El Salón Internacional del Cómic de Barcelona dedica una exposición sobre cómo el cómic ha plasmado el golpe fallido del 23-F de 1981. Ríos de tinta se han escrito en docenas de libros sobre la intentona golpista, pero también se han dibujando unas cuantas historietas sobre aquellos hechos porque el cómic es un medio de expresión narrativo tan válido como cualquier otro.
Tres son los ejes de la exposición. La revista El Jueves, un semanario de humor gráfico, publicó en los días y semanas posteriores al intento de golpe de estado diversas historietas y chistes gráficos sobre la trama militar. La revista El Víbora era en aquella época el gran referente del cómic underground y editó un número especial titulado Toda la verdad sobre el golpe en el que participaron autores como Miguel Gallardo, Juan Mediavilla, Max, Sento, Daniel Torres, Isa Feu, Roger Subirachs, Javier Mariscal o Antonio Pamies, entre otros. Fiel al espíritu contracultural de la publicación, sus autores dieron una visión entre irónica, sarcástica y pasada de vueltas sobre aquellos hechos.
El Magazine del diario El Mundo dedicó un número especial al 30 aniversario del 23-F con la particularidad que íntegramente estaba compuesto por historietas de diversos autores. El guionista y escritor Felipe Hernández Cava coordinó este dominical que contó con la participación de Bartolomé Seguí, Kiko, Víctor “Coyote” Aparicio, Alfredo González y El Cubri. Si El Jueves y El Víbora mostraban las reacciones del momento, con perspectiva periodística pero no histórica, las historietas que publicó el Magazine suponen una interpretación de aquellos hechos fundamentada en diversa bibliografía, aunque destacan las referencias a los libros Anatomía de un instante de Javier Cercas y El 23-F, el Rey y su secreto de Jesús Palacios.  “No faltaron voces a las que más tarde, en frío, les pareció que la publicación había asumido demasiado riesgo sirviéndose de este lenguaje -el cómic- en el que algunos hemos creído siempre como uno de los más perfectos”, explica Hernández Cava.

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