"Ronson" por César Sebastián

El autor valenciano César Sebastián publica su primer trabajo extenso, la novela gráfica "Ronson" publicada por Autsaider Comics con todo lujo de detalles en una exquisita presentación. César Sebastián ha recorrido su camino en el mundo del comic paso a paso, desde el fanzine "Obscuro", "Vida de los más excelentes historietistas", el álbum colectivo "Valentia", colaboraciones en "Plaça del Mercat" y "Color Carne", ilustraciones para la editorial El Nadir o portadas para libros y discos, hasta llegar a este "Ronson" en el que se descubre un gran autor. Narra los recuerdos de la infancia y adolescencia de su padre en los años 50 y 60 en un pequeño pueblo de la provincia de Valencia del que deducimos es su pueblo natal. Historias costumbristas de un pasado reciente que conoceremos a través de su protagonista, del que no sabremos su nombre. De una manera sencilla, a veces con historias divertidas, otras más tristes, vemos cómo nuestro protagonista va descubriendo la vida en sí misma a medida que va creciendo, la fascinación por el cine, la llegada de la televisión, los juegos infantiles (donde conoceremos de dónde viene el título del comic), el despertar sexual, los primeros escarceos amorosos, los abusos, la muerte y también ciertas actitudes que se veían con normalidad en aquellos tiempos como cazar pájaros o la prepotencia de ciertos miembros de las fuerzas del orden que por vestir uniforme se creían con derecho a todo.

Dividido en varios capítulos, las historias se van sucediendo con el sentimiento actual del protagonista de que ha cambiado respecto a las actitudes del pasado, recordando esas anécdotas que le sucedieron a él o a sus amigos, aunque sea ficción se basa en hechos reales distorsionando la memoria por el paso del tiempo. El dibujo de César Sebastián es limpio y claro, de corte realista, optando por un bitono en ocre y una composición de página en seis viñetas, aparte del inicio y final que son de cuatro viñetas y las portadillas de cada capítulo a página completa. Mención especial merece el diseño, imitando un álbum de fotografías antiguo o una libreta, con las páginas troqueladas y las guardas jaspeadas. La portada es de cartón simple y llano en gris, con lomo de tela y relieve en la ilustración, directa y concisa. Para ser el debut de César Sebastián, nos encontramos ante un gran trabajo en el que el autor ha puesto todo su cariño resultando emotivo porque todos hemos vivido, de una manera u otra, algunas de esas anécdotas en nuestra infancia.