"Batman nº 87" por King, Moore, Gerads y Janín

Número especial de 64 páginas este "Batman nº 87" que publica ECC en nuestro país, conteniendo los Batman #61-63 USA. Tres números en los que bajo el título de "Pesadillas" como arco argumental, Bruce Wayne sufre de nuevo el asesinato de sus padres, pero Batman investiga los hechos. Es lo que tienen las pesadillas, que puedes ser un niño huérfano y a la vez Batman investigue el asesinato de tus padres. A medida que va sucediendo la historia, vemos que algo no está bien, cuando Bruce acompañado por Gordon entra en la cárcel para conocer al asesino de sus padres y ocurre un hecho insólito. Aquí veremos como Tom King juega con los lectores, para conectar con algo relacionado con la primera historia de Batman nº 75.  El dibujo de Travis Moore está por encima del relato, con un trazo detallado y dibujando al joven Bruce como al actor de "Gotham", un guiño a los lectores y espectadores de la serie.
En el segundo número, Batman ha sido hecho prisionero por el Profesor Pyg, maniatado en la sala de despiece de un matadero. Mientras trata de librarse de sus ataduras, nada más piensa en salir de allí mientras Pyg no cesa de hablar, y después de pelear con el villano, descubrir que tras la máscara hay un conocido de Batman. En este número, King muestra una pesadilla como si fuera algo alucinógeno con un monólogo interior, sin bocadillos excepto un par de páginas al final en el que se cita al cuento de "Los Tres Cerditos". Todo ello recreado gracias al dibujo de Mitch Gerads que utiliza unos colores desenfocados como si estuviera realizado en 3D.
La tercera historia nos muestra lo que hubiera sucedido tras la boda de Bruce y Selina, donde hubieran sido felices patrullando la ciudad de Gotham, pero la presencia de John Constantine muestra que hay algo que no funciona. En esta historia King nos presenta un "What If" poético, lo que hubiera sido la vida de Bruce y Selina juntos, pero aquí también hay un final trágico, aunque sea un sueño. Menos mal que el excelente dibujo de Mikel Janín nos deja una buena sensación, ya que estos tres números son como una parada en el camino y no conducen a ninguna parte.